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Foto del escritorAndrea Santelices

Aprendizajes de mi vuelta al sol ☀️

Actualizado: 5 jun


Todo se ve perfecto no? Pero no lo fue… hoy es mi cumpleaños y lo pasé sola.


Me atrevo a decirlo en público porque tengo todas las herramientas para sobrellevar esto, lo que no quiere decir que no duela y que no se sienta feo.


Lo cómico es que mi día comenzó con otra energía. El día anterior a las 00:00 me saludé con mucho amor y me fui a dormir. A la mañana siguiente estaba contenta ya que había despertado finalmente sin jaqueca después de dos días de dolor intenso.


No había puesto alarma intencionalmente, y a eso de las 8:30 me despertó el ruido del viento, abrí los ojos con calma y di gracias por este nuevo día. Estaba contenta de tener el lujo de decidir que este día sería sólo para mi 🥰.


Me paré frente al espejo sonriendo, me saludé y comencé a agradecer a cada parte de mi cuerpo ya con estos años encima, diciéndole "te amo" y recordándome la persona maravillosa que soy, con esa sonrisa y esos ojos que lo dicen todo.


Antes de hacer nada, tomé mi vaso de agua bendecido y me puse a ordenar en pijama, como haciéndome un regalo, ya que necesitaba esa paz mental.


Ya eran casi las 11am así que me duché, y a pesar del día gris y lluvioso que me invitaba a quedarme en casa, me aventuré para salir, y sin pensarlo mucho, me tomé el tren a Vevey que partía literalmente 4 minutos más tarde de haber ideado mi salida.


Estaba entusiasmada de mi aventura, me fui con la expectativa de comer algo rico para regalonearme.


Si ya estaba sola en esto, sabía que quería sentir el calor de hogar de alguna forma.


Tenía ganas de sopa o de « la Chasse » (platos de caza invernales que vienen con frutos rojos y castañas).


Mi intención era probar un lugar diferente, tenía uno en mente, pero ya no ofrecían almuerzos, otro local también estaba cerrado y otro quedaba a media hora caminando, y como ya tenía hambre, me fui caminando hacia el centro disfrutando del aire fresco. En eso comenzó a gestionarse una sensación de desilusión y frustración mezclada con algo de pena, pero mi sonrisa seguía ahí, ahora que lo pienso, no sabría decirte si era forzada o real.


Me dirigí hacia las clásicas calles conocidas nuevamente, hasta que vi el café “cozy” del momento, que aunque ya lo conocía, sabía que me daría el confort que andaba buscando.


Había llevado mi cuaderno para escribir ya que en la mañana no había alcanzado. Este lugar era perfecto para sentir el “apapacho” que buscaba y regalarme el tiempo que necesitaba para mis páginas matutinas.


Para mi suerte, había sopa de zapallo, perfecta para este día invernal.


Me senté en la última mesa pra estar tranquila, esperé un buen rato y no me atendieron nunca hasta que tuve que ir a pedir que lo hicieran, la chica no era tan simpática. Acto seguido, pedí una coca zero y me trajeron Vivi Kola zero destapada que es la bebida cola “local” más asquerosa que he probado.


Cuando me la trajeron dije: “pero no es coca zero”, y tuve la clásica respuesta Suiza que hace sacar mi peor versión: "es que en Vevey ya casi nadie tiene Coca Cola todos ofrecemos Vivi Kola". No me dieron las energías a para reclamar, estaba sintiéndome sensible, y vulnerable (ya que sé que en otras circunstancias, la habría devuelto sin dudas, pues si pido una coca cola es tu responsabilidad decirme que tienen la alternativa, en vez de darlo por hecho sin dejar que el cliente sea el que decida).


El celular no tenía señal, no había wifi... pensé ok, mejor así para escribir...


Llegó mi sopa de zapallo que venía hirviendo y me quemé la lengua y había pedido un avocado toast con una ensalada al lado para acompañar que se veía realmente delicioso, pero tenía semillas y un gusto fuerte a comino, un condimento que me carga cuando está en exceso…


Nada de lo que esperaba estaba pasando, pero lo que más me descolocó fue la respuesta de la mesera.


Tal vez si me lees puede sonar exagerado, pero créeme que cuando vives aquí, el cúmulo de expresiones como esas, hacen despertar tu lado más oscuro.


Comencé a escribir toda la rabia y frustración que se me fue acumulando en mi experiencia, me sentía sola, me corrían algunas lágrimas por la situación, por querer hacer algo con la mejor intención y que al final el resultado fuera tan lejos de lo esperado.


No era le hecho de estar sola el día de mi cumpleaños, no me siento víctima de las circunstancias, pero en ese instante, logré ver a mi niña abandonada y sola, la sentí en mi interior llorando con ganas de gritar y patalear queriendo sólo ser cobijada... sentí compasión.


Tomé consciencia, pero me frente a esto, me sentía sin herramientas: Me decía ¿y ahora cómo mierda cuido a mi niña si mi adulta se siente igual de sola también?


Pero seguí escribiendo, me seguí desahogando, seguí respirando, me seguí acompañando... dejé entrar todo, sin anestesia y solté la tristeza, la soledad, la rabia, la frustración, intentaba conectarme, me desconectaba y me volvía a conectar...


Un poco de sopa, un poco de ensalada, un trozo de pan con palta y comino... un sorbo de esa bebida intomable...


Escribiendo y sintiendo... ya todo comenzaba a saber mejor.


Recordé que el comino me servía como especie para mi dosha en el Ayurveda, comencé a saborear cada cosa, con calma (la Vivi Kola no me la tomé eso sí) y a recuperar mi centro.


Entre que escribía y que saboreaba… volví a mi paz…


Logré disfrutar mi almuerzo, logré sostenerme en este proceso que fue duro, logré salir adelante y acompañarme, con lágrimas de cocodrilo que dejé fluir, eran parte todo lo que había pasado, ya no quería cambiar nada, solo me mantuve conectada conmigo...


Pagué la cuenta y me fui, con esa mezcla de nostalgia y felicidad por haber pasado por esto y haberlo sobrellevado.


Encontré 5 céntimos de euro en el suelo cuando caminaba por Vevey, entre las hojas mojadas de otoño, no iba a recogerla, pero me devolví para hacerlo, lo vi como un regalo divino. Las cosas simples como ver esas hojas de colores amarillos, verdes, rojizos...


Había dejado de llover, volví a ver el lago y vi cómo el viento generaba olas y me maravillé con el mensaje de los rayos de sol entre la tormenta... así como ese día, el día de mi cumpleaños...


Recordé la vida que viene siempre con todo, recordé decirle sí a la vida, sonreí y volví a casa con esta mezcla de emociones, sensible aún pero con el corazón en paz, sereno... me sentí adulta, esta experiencia me hizo crecer y la agradecí...



"En una experiencia en la que me sentí abandonada, yo no me abandoné"…


y eso me hace reafirmar que sí, soy una gran mujer, y celebro mi vida, mi sonrisa, mi sabiduría y los aprendizajes que me brindan todas estas experiencias.


Luego en la tarde ya en casa, una amiga española me llamó cuando estaba aún con los sentimientos a flor de piel. Me preguntó ¿cómo estás? Le dije ¿sabes? siento tristeza, me he sentido sola, pero a pesar de eso estoy bien, estoy muy bien.


Con todo el amor del mundo me dijo: ¡tu cumple aún no se acaba! Aquí estoy para celebrar contigo.


Estaba dudando porque no quería dar lástima, pero somos amigas y tuve la capacidad de entender que si lo dice, es porque lo siente desde lo más profundo de su ser.

Y aprendí a recibir.

Le dije "¿sabes? que sí, me gustaría cenar juntas."


Y así será, le escribimos a mi otra amiga argentina y finalmente, improvisado nuevamente, hoy en una horita más celebraremos mi vuelta al sol las 3 como lo hicimos el año pasado. Y para mi suerte en el restaurant ofrecen el menú que quería de caza.


Yo no estoy sola, tengo a muchísimas personas que me quieren de verdad y he recibido mensajes maravillosos y llamadas de mi familia y mis amigas del alma que me llenan el corazón de amor, otras amigas de las cuales no sabía de ellas hace mucho tiempo me han sorprendido con una linda alegría al ver sus mensajes con el mismo cariño a pesar de las distancias.


Otras personas me han sorprendido contrariamente y sé que la vida es así, que cambiamos y que las personas que sentía cerca el año pasado tal vez lo están menos este... o que personas que me han buscado pra ayudarlas, hoy ni siquiera me escribieron, o no de la forma que esperaba, y es parte de la vida, no las juzgo, vuelvo a decir duele, pero tal vez ese mensaje también me está enseñando a mi a ser más humilde... no lo tomo como algo personal, más como el proceso de la vida donde todos toditos somos diferentes...


Hoy doy gracias todas las personas que me han enseñado algo, ya sea con sus presencias, como con sus ausencias 🙌🏼✨


Y aunque en días como hoy cuesta un poco más, 😅todo esto me vuelve a reafirmar lo que siempre he querido integrar en mi vida:

No tener expectativas de nada ni de nadie, eso nos hace libres a todos, y nos regala la maravillosa capacidad de sorprendernos 🤩


Y hoy la experiencia me lo corroboró:

Yo esperaba (expectativas) un almuerzo perfecto que terminó siendo una mierda 🥴 y cuando solté mi día, terminé en una cena improvisada (sin expectativas) deliciosa con amigas con las cuales me puedo permitir ser y pasamos un lindo momento juntas 🥰

¿Qué más lindo?


Para terminar puedo decir que sí, fueron las circunstancias las hicieron que estuviese sola hoy, que mi marido estuviera de viaje por segundo año consecutivo y que mis más amigas estuvieran fuera, pero todo esto me regaló este increíble aprendizaje que necesitaba escribir.


Estoy aprendiendo a sostenerme, a acompañarme en toda circunstancia.


Pedir ayuda es de valientes, asumir la tristeza desde un espacio de fortaleza es completamente distinto a quedarse inmóvil en el papel de víctima.


Tenía la intención de salir de mi zona de confort, de ir a celebrarme, transité mis emociones, fue duro, solté, me ofrecieron celebrar la vida y dije ¡hagámoslo! 🥂


Una vuelta al sol distinta sin dudas, pero llena de regalos en lo invisible.


Doy gracias a Dios y a mis padres por mi vida ✨🙌🏼 celebro y honro mi pasada por este plano 🩷

Feliz cumpleaños Andrea de mi corazón feliz cumpleaños también a esa niña que fui y que hoy vi más viva que nunca, te abrazo y te cobijo mi preciosa✨


Sigue sonriendo a la vida, sigue diciendo Sí a la vida 🥂


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