He estado escarbando en el baúl de los recuerdos y reflexionando sobre las etapas que he vivido en la migración en relación a los procesos relacionales que se han ido tejiendo a lo largo de estos años en Suiza.
Aquí te comparto las lecciones que me han dejado en cada etapa:
Lección N1
Abre tu mente y déjate sorprender por las personas que menos esperas.
En mi caso, cuando recién llegué buscaba amigas “como las que tenía” en mi país ¡qué ilusa!
Tuvo que pasar casi un año para darme cuenta que eso no pasaría, y cuando lo solté, abrí la puerta a personas maravillosas, completamente distintas a mí y fue una experiencia enriquecedora.
Lección N2
Deja que el embudo sea parte del proceso.
Luego, me pasó que me fui al otro extremo, me abrí a conocer personas nuevas, me integré a todos los grupos de mujeres que encontré y participaba en todas las actividades que habían.
No me había dado cuenta que en ese periodo, las baterías de mi energía emocional estaban agotadas porque comencé a ampliar mis redes sociales haciendo esfuerzos sobre-humanos por seguir queriendo “pertenecer”.
Entonces, es cuando comenzó a actuar naturalmente "el embudo de la migración": Los grandes grupos se fueron reduciendo; algunas pocas personas fueron quedándose y comenzó mi vida real.
Lección N3
Que tu batería emocional sea el medidor para elegir con quién y cuándo.
Con el tiempo como te contaba al principio, fui cambiando, madurando, y con ese cambio también naturalmente hubo personas que ya no vibraban en la misma frecuencia.
Sin embargo seguía viéndolas “por cumplir” y eso también me agotaba. No me daba el tiempo de cuestionarme si realmente quería seguir cultivando esa amistad, si estábamos nutriéndonos mutuamente o no.
No me di cuenta que operaba en piloto automático hasta que aprendí a escucharme antes de actuar.
Lección N4
Permítete elegir con quién estar.
En nuestro país de origen no nos cuestionamos con quien queremos estar realmente.
Tenemos las amigas el colegio, de la universidad, los colegas de trabajo y las juntas familiares. Aparece la fecha de una junta y ahí estamos.
En la migración en cambio, cuando ya pasamos por el embudo de grandes grupos, luego tenemos el lujo de elegir con quien queremos estar.
Esas personas a veces incluso se vuelven familia y la calidad de los encuentros se intensifica.
En mi caso y por mi personalidad, este regalo que me ha dado la migración ha sido perfecto, ya que amo las conversaciones de a dos, pues me gusta escuchar y ser escuchada. Regalarnos un tiempo de calidad siempre va primar sobre la frecuencia de los encuentros.
De vez en cuando una junta grupal para reírme y gozar me alegra el alma y la disfruto, así como también disfruto cada vez más los momentos en silencio, a solas y las conversaciones nutritivas conmigo misma.
Lección N5
Es válido decir que no.
En Suiza es muy común agendar con meses de anticipación las juntas (somos muy planificados jajaja). Muchas veces el plan parece perfecto a distancia, pero cuando llega el día, un cambio de ciclo hormonal, una migraña, un cansancio, pueden ser algunos de los estados que pueden cambiar la energía para tan anhelada cita.
Antes por ejemplo, iba incluso con jaqueca y mi cuerpo a cuestas a las juntas, porque "tenía que cumplir el compromiso acordado", "no quería fallarle al otro".
Pero con eso me estaba fallando a mí…
Ahora eso ha cambiado, he logrado seguir mi instinto y escuchar mi cuerpo, mis emociones y necesidades.
Es válido querer descansar, es válido no sentirse bien, es válido no tener energías, incluso es válido no querer. ¿Por qué tenemos que hacer cosas que no nos nacen del corazón? ¿Por qué tenemos que forzarnos a hacer algo cuando nuestro cuerpo nos pide lo contrario?
Me encantaría que lleguemos a un minuto, como dice don Miguel Ruiz en los cuatro acuerdos, en que no nos tomemos las cosas a personal. Y que logremos ser realmente empáticos y compasivos con esa sinceridad, que por ignorancia, molesta.
Lección N6
Tú eres tu prioridad.
En mi crianza familiar nos inculcaron que primero el otro y luego yo.
Así que el trabajo de convertirme en la prioridad y ser la número uno en mi vida, ha sido una enorme hazaña que ha requerido romper con esos patrones heredados y aprendizajes de la infancia, así como también, con las culpas invisibles de esa vocecita que dice "así no estás amando al prójimo".
Pero hoy cada vez más me estoy acordando que la frase tiene dos partes: amar al prójimo "como a ti mismo".
Por eso, cada día estoy aprendiendo, me estoy amando más, me estoy eligiendo más y eso es maravilloso.
Pero ojo, esa libertad tiene un costo, y muchas veces las personas se sorprenden o se enojan, o se sienten dolidas porque se lo toman a personal, o se alejan por este “exceso de sinceridad” que incomoda.
Siento que el solo hecho ser sincero con uno mismo, merece el respeto absoluto del otro, sin dejar espacio a los prejuicios o discursos inventados por la mente.
Y creo que quienes no lo entiendan, nuevamente pasarán por el embudo... suena duro pero, no puedo dejar de ser sincera y leal a mi Ser y realmente quiero estar rodeada de personas auténticas, donde nos aceptemos tal y como somos, aprendiendo de la riqueza de las diferencias con kindness.
Suelta, suelta, suelta, todo lo que no te sirve...
Permitete SER, permite que tu Yo Soy, que tu Ser Superior, que tu Presencia se expresen libremente guiados desde el amor 💚
Un abrazo
Andrea
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